Francisco es llevado ante el obispo para que lo juzgue por arrojar por la ventana todas las telas de su padre:
" Obispo: Bien, ¿qué contestáis a estas acusaciones? Sin duda, sois lo bastante inteligente para comprender que la Iglesia debe castigar a aquellos que trastornan el orden establecido. Un hombre como vos es una amenaza para la sociedad, o bien es un criminal o...
Francisco: O un ser iluminado. Yo estaba en la oscuridad pero el hermano sol iluminó mi alma y ahora puedo ver con claridad, igual que vos el día que escogisteis los sagrados hábitos que lleváis...
Obispo:¿Deseas recibir las órdenes sagradas?
Francisco: ¿Yo? No. No lo merezco.
Obispo: Entonces, ¿qué es lo que quieres?
Francisco: Quiero ser feliz. Quiero vivir como los pájaros en el cielo. Deseo experimentar la libertad y pureza que ellos sienten. Lo demás de nada me sirve. No sirve, créanme. Si la vida es sólo un sacrificio sin amor, entonces no es para mí. Debe de haber algo mejor, estoy seguro. El hombre es espíritu. Está dotado de un alma. Y eso es lo que deseo reconquistar: el alma. Deseo vivir. Deseo vivir en el prado, andar por las colinas, trepar a los árboles,nadar. Quiero sentir la tierra bajo los pies. Andar descalzo y sin pertenencias. Sin esas sombras a las que llamamos siervos. Quiero ser mendigo. ¡Si! ¡Un mendigo! Cristo era mendigo. Al igual que sus sagrados apóstoles. Deseo ser así de libre."
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