Samuel Beckett
"Siempre lo intentaste. Siempre fallaste. No importa. Inténtalo otra vez. Falla de nuevo. Falla mejor"
Luis Alberto de Cuenca - No me las enseñes más
… que
me matarás.
Y eso que no eres monja, vida mía,
ni vives en un triste monasterio,
y no las tienes blancas, de “so el velo
negro”, sino morenas, con el bronce
más exquisitamente conseguido
que he visto nunca, bajo el bañador
más pequeño del mundo, renunciando
a su precaria protección. No insistas
en enseñármelas, corazón mío,
más,
que me matarás.
Walt Whitman - Cuando escuché al docto astrónomo...
Cuando escuché al docto astrónomo,
cuando me presentaron en columnas
las pruebas y guarismos,
cuando me mostraron las tablas y diagramas
para medir, sumar y dividir,
cuando escuché al astrónomo discurrir
con gran aplauso de la sala,
qué pronto me sentí inexplicablemente
hastiado,
hasta que me escabullí de mi asiento y
me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.
cuando me presentaron en columnas
las pruebas y guarismos,
cuando me mostraron las tablas y diagramas
para medir, sumar y dividir,
cuando escuché al astrónomo discurrir
con gran aplauso de la sala,
qué pronto me sentí inexplicablemente
hastiado,
hasta que me escabullí de mi asiento y
me fui a caminar solo,
en el húmedo y místico aire nocturno,
mirando de rato en rato,
en silencio perfecto a las estrellas.
Juan Gelman - El juego en que andamos
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
esta salud de saber que estamos muy enfermos,
esta dicha de andar tan infelices.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
esta inocencia de no ser un inocente,
esta pureza en que ando por impuro.
Si me dieran a elegir, yo elegiría
este amor con que odio,
esta esperanza que come panes desesperados.
Aquí pasa, señores,
que me juego la muerte.
Juan Gelman - Confianzas
se sienta a la mesa y escribe
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
y más: esos versos no han de servirle para
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
que peones maestros hacheros vivan mejor
coman mejor o él mismo coma viva mejor
ni para enamorar a una le servirán
no ganará plata con ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
no entrará al cine gratis con ellos
no le darán ropa por ellos
no conseguirá tabaco o vino por ellos
ni papagayos ni bufandas ni barcos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
ni toros ni paraguas conseguirá por ellos
si por ellos fuera la lluvia lo mojará
no alcanzará perdón o gracia por ellos
«con este poema no tomarás el poder» dice
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe
«con estos versos no harás la Revolución» dice
«ni con miles de versos harás la Revolución» dice
se sienta a la mesa y escribe
Kiko Narváez - Los guiones perfectos del Cholo y los diez guardianes de Courtois
Al escuchar al Cholo en la rueda de prensa alabar a sus puntas me vinieron a la mente Mario Gómez y Müller, la pareja de delanteros del Bayern Múnich la pasada temporada. Recuerdo que viendo el Bayern-Barça de Champions la temporada pasada con él, Simeone no paraba de señalar la tele impresionado por el trabajo de ambos a la hora de tapar cualquier pase interior de los centrales blaugranas. Simeone ensalzó orgulloso a Villa y Diego Costa por el trabajo realizado. Dos cracks al servicio del equipo actuando como Tiago y Gabi pero diez metros por delante.
Raúl García está haciendo mérito para sumar minutos y muchos echaron en falta su aparición antes, pero el Cholo es agradecido y contemplando el esfuerzo de todo un campeón de Champions, Eurocopa y Mundial en beneficio del equipo dejó al Guaje en el terreno de juego. El asturiano está al servicio del equipo y su desgaste a la hora de defender le merma oxígeno para crear. Para el míster es innegociable que los puntas sean los primeros en poner ladrillos para tapar la portería de Courtois, por eso cuando hablamos de los 11 goles en contra de los rojiblancos, al Cholo le gusta que los halagos se los lleven los diez guardianes de Courtois empezando por los dos gregarios de lujo de arriba.
Ese compromiso de Costa y Villa satisface al Cholo porque esa implicación máxima de dos delanteros cracks significa que su obra lleva buen camino. Y los rivales respetan al máximo al Atlético. Levante y Málaga ya cambiaron su sistema para enfrentarse al Atlético. El Barça también le tuvo mucho respeto como se pudo comprobar con las cadenas que tenían Dani Alves y Jordi Alba, que fueron mucho más rígidas que de costumbre.
Después de ver el partido, los rojiblancos durmieron sintiéndose aspirantes al campeonato de Liga. Y todo gracias al Cholo que más que diseñar tácticas hace guiones (y ante el Barcelona volvió a verse la peli que él quería que se viese), gracias a su cuerpo técnico y, sobre todo, gracias a los jugadores que son los grandes culpables de todo ello, los responsables de que desde hace dos años el aficionado rojiblanco haya ganado mucho en calidad de vida.
Amado Nervo - La sombra del ala
Tú que piensas que no creo
cuando argüimos los dos,
no imaginas mi deseo,
mi sed, mi hambre de Dios;
ni has escuchado mi grito
desesperante, que puebla
la entraña de la tiniebla
invocando al Infinito;
ni ves a mi pensamiento,
que empeñado en producir
ideal, suele sufrir
torturas de alumbramiento.
Si mi espíritu infecundo
tu fertilidad tuviese,
forjado ya un cielo hubiese
para completar su mundo.
Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¿quién sabe?;
que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.
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